miércoles, 24 de septiembre de 2008

EL EDITORIAL PERIODISTICO

EL EDITORIAL PERIODISTICO
Un editorial es un género periodístico, que consiste en un texto no firmado que explica, valora y juzga un hecho noticioso de especial importancia. Se trata de una opinión colectiva, de un juicio institucional formulado en concordancia con la línea ideológica del medio.
Este texto es tradicional de los periódicos y suele aparecer situado en un lugar preferente dentro de la sección de opinión de un medio de comunicación. Aunque el editorial no lleva firma, ya que resume una opinión colectiva, hay periodistas encargados de su redacción, los llamados editorialistas.
El editorial está siempre ligado a la actualidad, ya que su relación con un hecho reciente es lo que le otorga la característica de mensaje periodístico y lo aleja de ser un ensayo breve.

FUNCIONES:

El editorial puede cumplir diversas funciones a la vez. Las funciones del editorial son explicar los hechos y su importancia, dar antecedentes (contextualización histórica), predecir el futuro, formular juicios morales o de valor y llamar a la acción.

Se informa sobre un acontecimiento acerca del que se va a opinar, pero no se detiene en él, sino que los datos informativos que aporte serán únicamente el hilo conductor de las opiniones. Se explica el tema también porque el editorial presenta una visión articulada y relacionada de los acontecimientos, lo que ayuda a la comprensión del tema por parte del lector.
También tiene una función indagadora de lo que puede llegar a significar lo que está ocurriendo, captando el síntoma de futuros acontecimientos. El editorialista debe distinguir entre lo que hay de pasajero y accidental en un hecho de lo que es decisivo.

Los editoriales de acción buscan una respuesta del público por la trascendencia del tema. Se suelen publicar después de otros con un tono explicativo y persuasivo. El editorial que llama a la acción sería en este caso un broche final. Son muy frecuentes en los periodos electorales.

TIPOS:

Explicativos: en los que no se deduce ninguna opinión directa.
De tesis u opinión: en los que se expresa claramente la opinión favorable o desfavorable.

Según la función psíquica:

Informativos: se dirige al conocimiento o la percepción
Interpretativos: introduce causas, efectos, futuro, conjeturas, etc.
Convencer: se dispone en forma retórica, con argumentaciones y contrargumentaciones, para tratar de llegar al ánimo del lector.
Acción: en el se tratan de poner en acción todos los resortes por los cuales se pueda mover la voluntad del lector.

Para Alberto Martínez el editorial es la opinión del periódico respecto a las noticias que publica
Martín Vivaldi lo define como el Artículo periodístico en el que se comenta analiza, interpreta y valora, un hecho o noticia de especial relevancia o trascendencia local, nacional o internacional. Refleja generalmente, el pensamiento de la empresa editora como órgano de opinión.

LOS EDITORIALISTAS:

El equipo editorial es distinto dependiendo de si se trata de un medio con modelo norteamericano o con modelo europeo.
En el diario norteamericano se establece una diferencia, incluso física, entre el departamento de noticias y el departamento ocupado de la página editorial. Este último tiene su propio director y su plantel de editorialistas y depende, o bien directamente del propietario del medio, o bien de un director responsable de toda la publicación.
En el diario europeo (y la mayoría de los latinoamericanos), ambos departamentos dependen del director de la publicación y es un periodista el que ejerce de jefe de opinión. Además no se establecen departamentos separados sino que se apoyan mutuamente. En este caso el equipo editorial lo forman redactores con responsabilidad en las tareas organizativas del trabajo de redacción, a quienes se les encomienda en ocasiones escribir el editorial.
El equipo lo completan colaboradores habituales del medio que no están en plantilla ni son periodistas profesionales, pero que cuentan con la confianza del medio y coinciden con su línea ideológica. El verdadero proceso del editorial comienza desde el editor, que tiene cierta dependencia respecto de algunos poderes, mayor o menor dependiendo del diario y de la coyuntura.
En general la frecuencia de publicación es diaria y el editorial es el resultado del trabajo de un grupo más o menos numeroso de personas, excepto en algunos periódicos más pequeños en los que el director escribe todos los editoriales (en ellos el editorial no se publica a diario).


TEMÁTICA Y ESTILO:

Los editoriales reflejan los temas principales que se están discutiendo en país, que viene de la mano de la actualidad. La política ocupa la mayor atención, las cuestiones políticas en sentido amplio son los temas preferentes. La economía es cada vez más frecuente, pero continúa primando la política en todas sus vertientes: local, autonómica, nacional e internacional. En escasas ocasiones el tema gira en torno al ámbito social o cultural.

APLICACIÓN RADIOFONICA:

Cuando un editorial es utilizado en radio debe ser redactado y preparado específicamente para ese medio, tomado en cuenta:

El tipo de medio. (Auditivo / morfológico)
El tipo de público. (Receptores, + definidos)
Su duración. (Brevedad, de 2 a 4 minutos)
Su temática. (Acorde al medio y al realidad)
El léxico. (Hablar para todos)
EN RADIO DEBE SER:

Entretenido. (no aburrir, dinámico)
Gesticulado adecuadamente. (voz)
Corto y concreto. (precisión)
Descriptivo. (dar a conocer el mensaje)
Desarrollar una idea central.
Objetivo. (no divagar o tergiversar)
Fluido (sin interrupciones)
Enlazado. (coherencia)

EJEMPLO DE EDITORIAL:

El fracaso de una Gestión
El viceministro de Transporte no da más. Las amenazas, la violencia y la prepotencia mostradas con dos periodistas de El Faro que pedían respuestas que el funcionario no tenía confirman que la realidad ha superado ya no sólo su capacidad, sino también sus nervios.
Su gestión ha llevado al límite la debilidad del gobierno para lidiar con el transporte público. Los buseros y microbuseros siguen poniendo a prueba al sistema, con la presunción de que en las oficinas del viceministerio no hay capacidad para hacerles frente.
La semana pasada, cuando unos manifestantes quemaron dos autobuses, el líder gremial Genaro Ramírez declaró ante los medios que no se dejaría intimidar, y que si seguían estas acciones duplicaría la tarifa o cancelaría rutas. Así de fácil. El transportista impone condiciones para lidiar con manifestantes, y no tiene problemas con amenazar con medidas unilaterales, habida cuenta de que no hay autoridad capaz de ordenar un sistema que sigue sacrificando al usuario en precios, calidad y seguridad.
Durante su paso por el viceministerio de Transporte, Luis Felipe Moreno se ha destacado por su negligencia y la prepotencia con que ha intentado enfrentar el problema del transporte público. Su nombre se une a la ya larga lista de funcionarios que ocuparon esa oficina en los últimos años, y que en vez de arreglar el asunto lo han empeorado. Lo que hace distinto a Moreno es su descontrol. Es aferrarse a un cargo que le queda demasiado grande, y desde el que ni siquiera tiene el poder de sentarse a negociar con los transportistas (de eso se encargan los asesores del presidente).
El viernes pasado, su actitud hacia El Faro se desencadenó por nuestras preguntas, que evidenciaban que el funcionario ni siquiera sabía qué se había aprobado el día anterior en la Asamblea para subsidiar a los transportistas. Sorprendido en su propia retórica, Moreno optó por amenazar y llamar a su seguridad para sacar a dos periodistas que esperaban una entrevista largamente prometida.
Su bravuconada es grave, por cuanto ilustra que el viceministro no sólo no entiende que es un funcionario público obligado a tratar con decoro a los ciudadanos y a rendir cuentas, sino también porque, en medio de una de las crisis más graves del transporte público, la autoridad a cargo ha sido completamente rebasada.
Desde este espacio hemos criticado duramente al gremio de transportistas, sus omisiones y sus prácticas nocivas para el buen funcionamiento de un sistema de transporte público. Es hora ya de que también las autoridades asuman sus responsabilidades, y que el ministro, o el presidente, actúen en concordancia con lo que Moreno parece no entender: que el viceministerio de transporte está en manos de un funcionario incapaz justo cuando más se necesita ahí a una persona idónea para reconvertir, con ingenio, habilidad y poder, un sistema amañado y sucio, con un pésimo servicio para los usuarios.

El Faro.Net

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